Si se estropea un electrodoméstico en un piso de alquiler​, ¿quién lo paga?

Natalia Reyes
Natalia Reyes

Una de las dudas más comunes cuando hay un problema con un electrodoméstico en un piso de alquiler, es saber quién paga la reparación o sustitución. La respuesta no siempre es clara, sobre todo si no está reflejada en el contrato. Por ese motivo, vamos a hablar del tema para que te resulte más fácil saber quién debe hacer frente al gasto cuando el electrodoméstico se estropea. 

Mantenimiento y reparaciones

Es fundamental distinguir entre el cuidado rutinario y las reparaciones más serias. Los inquilinos tienen la obligación de encargarse del mantenimiento diario de los electrodomésticos, lo que incluye mantenerlos limpios, utilizarlos correctamente y avisar de inmediato ante cualquier problema.

Por ejemplo, acciones como limpiar el filtro de la lavadora o desatascar el desagüe del lavavajillas forman parte de las tareas que corresponden al arrendatario. Si los daños se producen por un uso inadecuado o descuido del inquilino, la responsabilidad de arreglar o reemplazar el electrodoméstico recae sobre él, ya que no se considera un fallo normal del equipo. Esta diferenciación ayuda a evitar conflictos entre propietario y arrendatario sobre quién debe asumir los costes de reparación.

¿Cuándo tiene que pagar el propietario?

Los expertos en alquiler garantizado de https://www.seag.es/alquiler-seguro-y-garantizado-en-san-sebastian/, nos informan que en el caso de desperfectos que surgen de manera natural, por el desgaste propio del uso cotidiano o por la antigüedad del aparato, la obligación de cubrir los costes corresponde al propietario. 

Esto se debe a que los electrodomésticos incluidos en la vivienda forman parte de los elementos que garantizan la habitabilidad del inmueble. La ley establece que el arrendador debe entregar la vivienda en condiciones adecuadas de uso y mantenerla en ese estado durante toda la duración del contrato, lo que incluye las instalaciones y los equipos esenciales.

Cláusulas especiales en el contrato

En los contratos de arrendamiento, es frecuente que se incluyan secciones que aclaran quién debe encargarse de las reparaciones. Hay propietarios que optan por cubrir todos los costos relacionados con los aparatos del hogar, mientras que otros acuerdan que el inquilino se responsabilice de reparaciones menores.

Es crucial prestar atención a estas condiciones antes de firmar, ya que establecen las responsabilidades de cada persona. Conocerlas permite entender claramente qué gastos corresponden al dueño y cuáles al arrendatario, evitando malentendidos.

Revisar detenidamente estas cláusulas protege a ambas partes y facilita la convivencia durante el tiempo del contrato. También ayuda a prevenir conflictos legales o discusiones sobre quién debe pagar en caso de averías. En definitiva, entender estas disposiciones garantiza que se cumplan las obligaciones de manera justa y que se mantenga una relación de respeto entre propietario e inquilino.

¿Qué debe hacer el inquilino cuando el electrodoméstico se estropea?

Cuando un electrodoméstico presenta un mal funcionamiento, lo primero que debe hacer el inquilino es informar al dueño del inmueble sin demora. Esta advertencia es más efectiva si se realiza por escrito, usando correo electrónico o mensaje que registre la fecha y detalle la falla.

Este procedimiento es fundamental para evidenciar que el arrendatario actuó de manera responsable y no ocasionó el daño por negligencia. Al comunicarlo de manera pronta, el propietario puede evaluar la situación con claridad y decidir si conviene reparar o sustituir el electrodoméstico. Así se evita que el inconveniente se haga más serio y costoso, garantizando un manejo adecuado del problema desde el inicio.

¿Qué pasa si existe uso indebido?

En ciertas circunstancias, es necesario prestar cuidado especial a los problemas que surgen en el hogar, especialmente cuando los electrodomésticos sufren daños por un uso inapropiado o descuido del inquilino. Si un aparato falla debido a acciones incorrectas, como llenar en exceso la lavadora o introducir elementos que no corresponden en el horno, el inquilino podría tener que cubrir el costo de la reparación.

Para esclarecer el origen del daño, resulta conveniente contar con la evaluación de un profesional especializado. Esto permite identificar con claridad la causa del fallo y evitar malentendidos entre propietario y arrendatario sobre quién debe hacerse cargo del gasto. Un técnico capacitado puede ofrecer un informe objetivo que respalde la decisión, asegurando que la responsabilidad se determine de manera justa y evitando posibles disputas innecesarias. Con este enfoque, se mantiene un equilibrio entre ambas partes y se protege tanto la propiedad como los derechos del inquilino.

¿Quién decide donde repararlo?

La selección del taller o técnico tiene un papel importante en determinar quién se hace cargo de la reparación. En ciertos contratos de alquiler, se exige utilizar servicios aprobados por el fabricante, mientras que otros permiten escoger libremente al profesional.

Los costes de reparación pueden ser cubiertos por el propietario si el daño surge por el uso normal del equipo o instalación. Sin embargo, si se constata que el deterioro se debe a un manejo inapropiado del inquilino, el gasto corre por su cuenta. Por eso, mantener claridad y diálogo constante entre ambas partes es clave para evitar conflictos y gastos inesperados.

¿Qué sucede si no hay acuerdo?

Si surge un conflicto sobre quién debe pagar una reparación, se puede acudir a vías legales o a procesos de mediación. En distintas naciones, existen tribunales especializados en arrendamientos o servicios de arbitraje que facilitan la resolución de disputas entre arrendadores y arrendatarios.

Estos organismos analizan la situación según las leyes aplicables y revisan las pruebas presentadas por las partes involucradas, como contratos de alquiler, listados de inventario o informes técnicos sobre el estado de la vivienda. La evaluación de esta documentación permite determinar responsabilidades de manera objetiva y justa.

El objetivo de estos procedimientos es proteger los derechos de inquilinos y propietarios, asegurando que se respeten las obligaciones de cada uno y que las normas relacionadas con la vivienda se cumplan correctamente. De este modo, se busca una solución equilibrada y legal a los desacuerdos sobre reparaciones, evitando conflictos prolongados o decisiones arbitrarias.